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La hiperpigmentación es bastante común, en particular en mujeres en edad fértil. Sin embargo, el 10% de los casos, corresponde al sexo masculino.

El melasma es una hiperpigmentación de la piel que ocurre con mayor frecuencia en cara, cuello, y miembros superiores. Afecta entre unos 45 a 50 millones de personas en el mundo, pero es más común en el sexo femenino.

Esta predominancia en las mujeres es de 9 a 1 respecto al hombre, como se refleja en el trabajo final de Palacios y Parra (2020), citando a la Revista Brasileña de Dermatología y Venereología. Además, en 2013 durante un estudio en la Universidad de Botucatu en Sao Paulo, se identificó un 34% de melasma en mujeres y 6% en hombres.

Las causas y desarrollo del melasma no se han dilucidado por completo, pero se han identificado varios factores que inciden en su aparición, como la exposición crónica a la radiación ultravioleta (UV) y la luz visible, así como la estimulación hormonal y factores genéticos. En este apartado ahondaremos en 5 de ellos, para esclarecer más a fondo en su aparición.

Melasma

Centrémonos como primer punto en resolver la pregunta ¿Qué es el melasma?, para ello citaremos el trabajo de Ivonne Arellano Mendoza, publicado en la revista Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica (2018), en el que define al melasma como una hipermelanosis adquirida, crónica, recurrente y simétrica que se caracteriza por manchas en áreas expuestas al sol, circunscritas, de color café claro a oscuro y ocasionalmente grisáceo, de tono variable.

Afecta principalmente a mujeres de entre 30 y 40 años, con mayor frecuencia de fototipos altos. La prevalencia oscila entre 8.8 y 40% y varía según la población. (Dagdug, Guevara, Arellano, 2020).

Esta despigmentación, no solo provoca una desfiguración cosmética, sino que, además, afecta negativamente la autoestima, el bienestar emocional y vida social de los individuos que lo padecen, (Briceño, 2015).

La causa del melasma aún es objeto de investigación, estudios y revisiones bibliográficas, han establecido una serie de factores desencadenantes, entre los cuales podemos mencionar:

1. Hormonal (Embarazo)

El factor hormonal se hace evidente con la aparición de melasma durante el embarazo (en esta etapa también se lo conoce como cloasma), el uso de contraceptivos orales y del finasteride (fármaco antiandrogénico derivado no hormonal de los esteroides) en los hombres.

De acuerdo con la revista Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica (2018), la incidencia del melasma es de entre 14.5 y 56% en mujeres embarazadas, y de 11.3 a 46% en quienes utilizan anticonceptivos orales.

Por su parte, la Academia Americana de Dermatología (2015), calcula que el melasma afecta a 5 millones de mujeres en los Estados Unidos, y de ellas, aproximadamente del 5 al 25% quienes han estado expuestas a estrógenos (anticonceptivos orales, y terapia de remplazo hormonal), desarrollan melasma.

¿Por qué en el embarazo? Las investigadoras Palacios y Parra, en su trabajo de grado, explican que, en el embarazo, el incremento de los niveles de estrógenos (de la semana ocho a la trece), y progesterona a lo largo del embarazo (sobre todo en el tercer trimestre), constituyen un estímulo para la melanogénesis actuando sobre los melanocitos epidérmicos mediados por receptores estrogénicos alfa/beta y de progesterona.

Algunos estudios sugieren que los estrógenos aumentan la expresión de mrna de la tirosinasa y de la proteína 1 y 2 relacionadas con la tirosinasa (Trp-1) y la (Trp-2) que activan la tirosinasa que estimula el melanocito.

2. Radiación ultravioleta

El factor más importante para el desarrollo y exacerbación del melasma, sin duda es la radiación UV, esto porque las lesiones en la piel del rostro, tronco y extremidades superiores así lo demuestran.

Esta fotoexposición a la radiación UV, induce a la proliferación y migración de melanocitos y la melanogénesis. Sumado a esto, la radiación UV puede llevar a la producción de múltiples citoquinas y hormonas, que a su vez regulan la proliferación de melanocitos y la melanogénesis.

La radiación UVB causa inflamación aguda y elevación de los niveles de histamina (amina imidazólica involucrada en las respuestas locales del sistema inmunitario), que induce pigmentación; ello sugiere un papel importante de los mastocitos en el melasma.

3. Genética

En el trabajo de Briceño, sobre Melasma y Anticoncepción Hormonal, señala que un 30% de las personas afectadas con melasma tienen antecedentes familiares de hiperpigmentación, los genes implicados en el desarrollo de esta entidad se desconocen, sin embargo, se encontró un riesgo significativamente mayor de sufrir la enfermedad en quienes tenían familiares en primer grado de consanguinidad con melasma.

Así también lo confirma la investigadora Fanny Galimany Rovira, en su artículo Desarrollo de un nuevo medicamento por vía tópica para el tratamiento del melasma, haciendo alusión a dos estudios, uno reveló que el 56% de mujeres embarazadas iraníes, tenían antecedentes familiares de melasma, mientras que de otro estudio multicéntrico aplicado en India, el 30% tenía antecedentes familiares.

4. Fármacos

Determinadas drogas fotosensibilizantes, es decir, aquel medicamento que estando presente en el organismo y al interaccionar con las radiaciones ultravioleta causan hiperpigmentación, generalmente se resuelve lentamente después de que el agente agresor es retirado, sin embargo, las lesiones pueden persistir.

Son fármacos asociados con la inducción del melasma: la amiodarona, clorpromazina, fenacetina, procarbazina, antimaláricos, clofazimina, griseofluvina, piridoxina, bleomicina, ciclofosfamida, hidantoínas, retinoides, busulfán, doxorrubicina, minociclina y zidovudina.

5. Afecta más a los tipos de piel “III al VI”

Datos estadísticos demuestran que el melasma, es más común en los tipos de piel III al VI de Fitzpatrick, así como en aquellas personas que viven en zonas de alta radiación ultravioleta. Para ello, aclaramos estos fototipos:

  • El fototipo de piel III, se da en personas que son rubias o con el pelo castaño, y que pueden tener la piel clara u oscura.
  • El fototipo IV, incluye a aquellas personas con la piel pigmentada, ojos oscuros y pelo castaño oscuro.
  • El fototipo V, son personas de piel morena en las que su bronceado siempre es muy intenso. No presentan pecas y no se queman con facilidad.
  • Mientras que el fototipo de piel VI, son personas de piel muy oscura, tradicionalmente denominada piel negra.

Según los datos del Instituto de Estadística y Censos (INEC) 2010, el 71.9% de las mujeres ecuatorianas son mestizas lo que caracteriza a la población como fototipo III y IV de acuerdo a la escala de Fitzpatrick.

Por ello, la población mayoritariamente indígena, que habita en la Cordillera de los Andes a una altura mayor a 2000 msnm, por su fototipo de piel (III – VI de Fitzpatrick) y la intensa radiación UV a la que es expuesta, eleva la posibilidad del padecimiento de esta hiperpigmentación, y mientras más se aproxime a la línea ecuatorial, dicha radiación se vuelve más fuerte, ya que los rayos solares impactan de manera perpendicular.

¿Te gustó?

El melasma, como se leía en este artículo, dejó de ser solo un problema cosmético para posicionarse como un problema de afección social y psicológico de quien lo padece, tener presente estos factores desencadenantes podría orientarnos a una atención temprana de él.

Existen tratamientos tópicos y farmacológicos, pero deben ser indicados por un especialista.  Si deseas una consulta gratuita con un dermatólogo, puedes visitar la Fundación José Barcia Bravo. Puedes DAR CLIC AQUÍ para redirigirte hacia la página y conocer los horarios.

Bibliografía

  1. Antezana, S., Antezana, C., & de Medina, J. C. D. (2021). Longitudinal Melanonychia. A Case Related to Pregnancy. Dermatología Cosmética, Médica y Quirúrgica, 18(4), 331-333. https://www.medigraphic.com/pdfs/cosmetica/dcm-2020/dcm204q.pdf
  2. BELLO, G. J. B. MELASMA Y ANTICONCEPCIÓN HORMONAL. http://hosting.sec.es/Memorias_Master/Patologias/Briceno-CastillaLaMancha.pdf
  3. https://www.tdx.cat/handle/10803/399541#page=40
  4. https://www.medigraphic.com/cgi-bin/new/resumen.cgi?IDARTICULO=78289
  5. Palacios R. M. P. & Parra N. M. B. (2020). Melasma y calidad de vida en pacientes embarazadas. Servicio de ginecología del Hospital Vicente Corral Moscoso. Cuenca. 2019. Universidad de Cuenca. Facultad de Ciencias Médicas. Cuenca, Ecuador. http://dspace.ucuenca.edu.ec/bitstream/123456789/34231/1/Proyecto%20de%20Investigaci%C3%B3n.pdf